lunes, 6 de enero de 2014

Grandes compositores ingleses del siglo XX. La danza en sus composiciones. 1


Edward William Elgar (2 de junio de 1857, Broadheath, Inglaterra - 23 de febrero de 1934, Worcester, ibidem)



Muchas de sus obras han entrado en el repertorio clásico de concierto británico e internacional.
Su primera obra importante para orquesta, las Variaciones Enigma, obtuvo un notable éxito. También compuso oratorios, música de cámara, sinfonías, conciertos instrumentales, conciertos para violín y violonchelo, obras corales (entre las que se encuentra El sueño de Geronte) y canciones. Su producción musical incluye las marchas Pompa y circunstancia, la primera de las cuales se canta frecuentemente con las palabras «Land of Hope and Glory», común en las colaciones de grados. En muchos países, esta obra se utiliza como marcha nupcial en bodas. Fue nombrado maestro de música real en 1924.
En los círculos musicales dominados por los académicos, fue un compositor autodidacta, en la protestante Gran Bretaña, su catolicismo era visto con recelo en algunos sectores y en la sociedad británica victoriana y eduardiana con conciencia de clase, que era muy sensible acerca de sus humildes orígenes, incluso después de lograr el reconocimiento. Tuvo problemas para alcanzar el éxito hasta que cumplió los cuarenta, cuando tras una serie de obras de un éxito moderado, sus Variaciones Enigma (1899) se hicieron inmediatamente populares en Gran Bretaña y el extranjero. Tras las variaciones compuso una obra coral, El sueño de Geronte (1900), basado en un texto católico que causó cierta inquietud entre la clase dirigente anglicana en su país, pero se ha mantenido como una obra del repertorio central británico y en otros lugares. Sus siguientes obras corales religiosas de larga duración fueron bien recibidas, pero no han entrado en el repertorio regular. La primera de sus marchas, Pompa y circunstancia (1901), es bien conocida en el mundo anglosajón. A sus cincuenta años, compuso su Primera Sinfonía y el Concierto para violín que tuvieron un amplio éxito. Su Segunda Sinfonía y el Concierto para violonchelo no obtuvieron una popularidad inmediata y pasaron varios años hasta que se ganaron un sitio en el repertorio de concierto habitual de las orquestas británicas. En sus últimos años, la música de Elgar comenzó a ser vista como atractiva sobre todo por el público británico. Su valoración permaneció muy baja durante una generación después de su muerte. Comenzó a resurgir de manera significativa en la década de 1960, gracias a la ayuda de nuevas grabaciones de sus obras. En años recientes, algunas de ellas han retomado el nivel internacional de nuevo, pero la música sigue siendo más interpretada en Gran Bretaña que en ningún otro sitio.


Sir William Turner Walton (Oldham, Lancashire, 29 de marzo de 1902 — Ischia, 8 de marzo de 1983)



Fue un gran compositor y director de orquesta británico.
Su estilo estuvo muy influido por Stravinski, Sibelius y el jazz y se caracteriza por una gran vitalidad rítmica, una agridulce armonía y una sabia conjunción de melodía romántica y brillante orquestación. Es recordado por sus obras orquestales, su música coral y ceremonial y por sus excelentes bandas sonoras. Sus primeras composiciones —especialmente Façade, sobre un poema de Edith Sitwell— le encumbraron como un compositor moderno, pero fueron sus trabajos orquestales y el oratorio Belshazzar's Feast los que le trajeron el reconocimiento internacional.

La marcha “Crown Imperial” lo colocó como maestro del arte en la regalía. Walton era en ese momento considerado como el más importante compositor de Gran Bretaña, y se convirtió en un símbolo de la esperanza ya que se pretendía con él que, la música inglesa recuperase el esplandor que tuvo en épocas anteriores. 


Arcangelo Corelli (Fusignano, 17 de febrero de 1653 — Roma, 8 de enero de 1713)




Fue un violinista de la actual Italia y un compositor de música barroca.
Se dedicó a la dirección musical y a la composición, creando una obra escasa pero de gran valor e influencia en la historia de la música. Su obra es, en cierto modo, insólita para la época, pues dedicó sus esfuerzos exclusivamente a la música instrumental, con preferencia al violín, obviando la música dramática. Corelli fue el primer compositor que alcanzó la fama musical sin dedicarse a la música cantada.
En 1681 publicó su primera colección de sonatas en forma de trío, destinadas a tocarse en iglesia, al igual que la tercera (1689); la segunda (1685) y la cuarta (1694) fueron compuestas para cámara. Publicó así mismo una colección de sonatas para violín y bajo (1700), y finalmente sus célebres concerti grossi, publicados póstumamente en 1714. Su obra alcanza la madurez del estilo barroco italiano, con la culminación del concerto grosso y la composición de la forma sonata preclásica, que tan importante iba a ser a lo largo del siglo XVIII.

Al mismo tiempo, su desarrollo técnico del violín convirtió sus composiciones en el fundamento de la escuela violinística clásica, que hoy día mantiene aún su vigencia pedagógica. Corelli murió en la cumbre de la fama, y fue inhumado en el Panteón de Roma.


En la actividad de hoy, vamos a dibujar una danza para una musica dada, en este caso "Concerto Grosso in C major, Op. 6, Nº 10" de Arcangello Correlli.


 


Antes de realizar la danza, aunque sea sobre el papel se deben tener en cuenta ciertas cosas:

1. La velocidad de la canción
2. La forma de la canción, es decir, qué es lo que se repite en cada momento y cada cuanto, así como averiguar cada cuantos compases se produce un cambio de ritmo.
3. Pensar en los pasos que se van a introducir en la danza para la canción en concreto.

Pasamos a analizar entonces la pieza en cuestión para la posterior formación del baile. 

  • Respecto a la velocidad, cabe mencionar que, compuesta la melodía por compases de 4/4 y contando 15 compases para saber si la canción es lenta o rápida, el resultado es de 66 pulsos (o negras) por minuto por lo que la melodía es más o menos a velocidad media.
  
  • Respecto  a la forma de la composición musical, puede decirse que el cambio de ritmo se produce en la primera parte de la pieza cada 15 compases, aunque en la segunda se produce cada 13, lo que despista al oyente. Después se repiten ambas partes hasta acabar. No obstante, se puede apreciar que, el número de pasos que debe hacerse en cada ritmo que admite la pieza es de 10 y las "frases" cambian cada 5 compases de media.

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